La unidad hace la fuerza, parecen decir ahora las asociaciones de energía renovable, que durante años han trabajado independientemente. Los productores por un lado, los instaladores por otro, los fabricantes, distribuidores,…
Ahora, cuando los barcos hacen aguas y no son rescatados por nadie, convienen que ha llegado el momento de construir un gran transatlántico que nos lleve a todos por la tormenta con mayor seguridad.
Este es el caso de APPA, que un reciente comunicado en relación con la integración de su sección fotovoltaica en UNEF, hacían referencia a “un proceso de reflexión interna que desembocará en un replanteamiento de sus fundamentos y, probablemente, en la redacción de unos nuevos estatutos más adecuados a las circunstancias actuales y que permitan una mayor cohesión del sector renovable nacional.
Por un lado, el nuevo planteamiento estatutario abriría la puerta a los asociados no productores, esto es, a ingenierías, fabricantes, o distribuidores, con la finalidad de aunar a todo el sector de las energías renovables.
El proceso pretende lógicamente una unidad que dé mayor valor a la defensa de sus intereses, por una parte frente a los ataques que recibe el sector, y por otra, frente a los recortes del Gobierno.
El desarrollo futuro de las energías renovables depende de la integración del sector en una voz única que sea capaz de crear un marco estable, y que permita desarrollar las renovables en el camino que marca la UE.
De cómo va a ser y de qué resultará de todo esto, APPA está en conversaciones con el resto de asociaciones para buscar un camino de integración, del que UNEF puede ser un claro ejemplo.
Llevamos años criticando la falta de tejido industrial en España, de investigación, de tecnología, y cuando lo conseguimos, y somos el espejo del mundo en tecnología renovable, lo paramos todo por una mala gestión de los recursos. Esperemos que en los próximos meses todo se vaya aclarando y seamos capaces de construir un buen barco.
Carlos Sánchez Criado