Nadie dijo que luchar contra el calentamiento global iba a ser fácil y sencillo. La gran sequía que azota España, consecuencia en gran parte del cambio climático, se va a convertir precisamente en un gran obstáculo para la reducción de emisiones ya que limita la capacidad de producción de electricidad con energía hidroeléctrica. «2017 va a ser duro porque no tenemos agua» advirtió el martes Isabel García Tejerina, que también aseguró que «se fabrica hasta el dinero pero no el agua o el viento», en referencia a las renovables.
Madrid. Elena Alonso Asensio
La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente llamó el martes la atención sobre cómo podía influir la sequía en la generación de energía y la reducción de emisiones justo en un día en el que en EnergyNews publicábamos que en 2016 el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera a nivel mundial creció a una velocidad récord y alcanzó el nivel más alto en 800.000 años, y que nuestras centrales minihidráulicas se encuentran en una situación insostenible debido a la sequía que sufre el país.
Isabel García Tejerina, que mantuvo un desayuno con miembros de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental, APIA, en la sede del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, señaló que «2017 va a ser un año duro porque no tenemos agua» y, por tanto, la energía hidroeléctrica no va a poder producir tanto como en otras ocasiones y dejará de sustituir otras fuentes energéticas más contaminantes como el gas o el carbón.
En cualquier caso, la titular de Medio Ambiente quiso enviar un mensaje optimista y recordó que en España «podemos crecer reduciendo nuestras emisiones» como se ha demostrado en 2016, cuando el país registró un crecimiento del PIB del 3,2% mientras que logró reducir las emisiones en el mismo porcentaje.
El agua o el viento
García Tejerina habló de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética. En cuánto a una mayor penetración de renovables explicó que los objetivos ya están establecidos por el Consejo Europeo y el Acuerdo de París, y que ahora lo que hace falta es facilitar el camino que, a su juicio, tiene dos alternativas: renovables sin primas o asumir el coste de los 5.000 millones de euros que cuesta al año compensarlas por no contaminar. Y es que al respecto piensa, en sus propias palabras, que «se fabrica hasta el dinero pero no el agua o el viento».
Tal y como explicó, el mix energético, además de objetivos ambientales, debe facilitar la competitividad -es decir, inversión y empleo- y que «todos puedan pagar la luz«. Añadió también que lo que va a permitir a España seguir creciendo en penetración renovables es el aumento de las interconexiones internacionales.