La investigación nos ayuda a comprender la magnitud y diversidad de los efectos negativos provocados por la contaminación del suelo. Las ciudades son hoy en día la máxima expresión de un modelo insostenible que tiene altos costes para nuestra alimentación, economía y salud. En este artículo explicamos cuáles son las conclusiones más importantes sobre la contaminación urbana y qué podemos hacer para atajar estos problemas, especialmente el de la salud ambiental.
1/ La contaminación del suelo es una de las principales amenazas para la salud y la sostenibilidad de los ecosistemas por varias razones. En primer lugar, la contaminación del suelo puede afectar la calidad y la cantidad de alimentos que se producen en la tierra, lo que a su vez puede tener un impacto directo en la seguridad alimentaria de la población. Además, afecta negativamente a la biodiversidad, matando o dañando los organismos del suelo que son esenciales para el mantenimiento de los ecosistemas.
2/ Además, supone un impacto negativo en la economía y la calidad de vida de las comunidades. Las zonas contaminadas pueden ser menos atractivas para la inversión y el desarrollo, lo que puede afectar negativamente a las empresas y a la población en general.
Un estudio publicado en marzo por el CSIC ha investigado la asociación entre factores socioeconómicos y ambientales con la contaminación del suelo en ecosistemas urbanos y naturales. Los resultados indican que la densidad de población regional es el factor socioeconómico más importante asociado con la presencia de microplásticos en el suelo, posiblemente debido a la mayor cantidad de residuos generados por la población.
3/ Por último, la contaminación del suelo puede tener efectos perjudiciales en la salud humana, especialmente en aquellos que viven o trabajan cerca de zonas contaminadas. Las sustancias químicas presentes en el suelo pueden filtrarse en el agua potable y el aire, lo que puede causar problemas respiratorios, enfermedades de la piel y otros problemas de salud.
Con respecto a esto último, el artículo concluyó que el uso de fertilizantes químicos en el suelo juega un papel muy importante en la acumulación de contaminantes del suelo, como pesticidas y genes de resistencia a antibióticos.
¿Qué son los genes de resistencia a antibióticos?
Los microorganismos que están expuestos a ciertos contaminantes químicos pueden adquirir o aumentar su capacidad para resistir los antibióticos, lo que les permite sobrevivir en ambientes contaminados. Una alta concentración de genes de resistencia a antibióticos en el suelo puede ser un peligro ya que estos genes pueden ser transferidos a bacterias patógenas, lo que puede llevar a una disminución en la efectividad de los tratamientos con antibióticos en humanos y animales.
En palabras llanas, las bacterias que sobreviven a los contaminantes están entrenadas para sobrevivir a otros químicos como los antibióticos y pueden transferir esta capacidad a otras bacterias que producen enfermedades en el ser humano.
También con respecto a la salud de nuestros suelos, el estudio encontró evidencias de que los pesticidas tienen impactos negativos en la microbiota del suelo, afectando negativamente a la supervivencia de las bacterias que facilitan el ciclo del fósforo, un nutriente esencial muy limitante para la diversidad vegetal, que podría desaparecer en suelos muy contaminados.
¿Existen soluciones eficaces para reducir la contaminación del suelo dentro y fuera de las ciudades?
Poco a poco, cada vez existen más políticas y estrategias para crear urbes más sostenibles. Ya hemos hablado en alguna ocasión de ejemplos a seguir como el de la ciudad de Aguaduna y otras ciudades con proyectos de innovación sostenible. En este caso, nos centraremos en un aspecto que no trata de la energía solar o la movilidad urbana eficiente, sino de cómo diseñamos los espacios verdes de las ciudades.
Es muy importante el diseño de zonas ambientalmente equilibradas y de bajo mantenimiento (buscando la biodiversidad y la plantación de especies autóctonas que estén aclimatadas a las condiciones extremadas del clima, sean poco consumidoras de agua y considerando la calidad del paisaje de valor de su entorno). La selección de plantas autóctonas y el diseño de áreas verdes con las condiciones adecuadas para su desarrollo tiene 2 ventajas principales para reducir la contaminación:
- Al estar adaptadas al clima regional, necesitan menos fertilizantes y pesticidas para sobrevivir, por lo que se reduce la entrada de estos contaminantes al suelo.
- Crean corredores ecológicos con la periferia urbana, es decir, la fauna, hongos y microbios asociados a esta plantas pueden hallar refugio y trasladarse a través de las ciudades. Esto protege la biodiversidad local, imprescindible para tener suelos ricos y bien estructurados, capaces de filtrar las sustancias contaminantes y recuperar áreas contaminadas.
Se evidencia que la contaminación del suelo en áreas naturales que rodean a las ciudades es un reflejo de la que se encuentra en los espacios verdes urbanos en todo el mundo, lo que podría contrarrestarse con medidas como la mejora en nuestros parques y jardines urbanos, así como la gestión de los residuos y vertidos, entre otras medidas.
Las actividades humanas están causando una amplia dispersión de múltiples contaminantes del suelo en los ecosistemas, y se necesitan más estudios para comprender mejor este proceso complejo, ya que estos conocimientos nos ayudarán a proteger eficientemente las funciones del ecosistema de la contaminación humana en todo el mundo.
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