Nuestro Gobierno, que anda por Bruselas promocionando lo mejor de la marca España con un video en el que se emplea la imagen de nuestra industria renovable, en casa está preparando una reforma energética que apunta maneras hacia otra vuelta de tuerca a este sector en pleno desmantelamiento.
De hecho, Europa nos ha dado un “toque”, porque España será uno de los países que incumpla en mayor medida sus propios objetivos de porcentaje de renovables para el 2020. Todo indica que en el mejor de los casos lograremos alcanzar un 17,1% de energías renovables en el 2020. Lejos del 20% fijado por Europa, muy lejos del 20,8% fijado por el Gobierno de España en el PER 2011-2020 y lejísimos del 22,7% fijado por España en el PANER.
En realidad somos parte del desastre de Europa porque sólo tres países: Estonia, Austria y Suecia de los 27 miembros de la UE, cumplirán sus objetivos del 20-20-20.
Las medidas que no se toman
Esta caída generalizada del crecimiento en el mercado de las energías renovables, es debido a que la UE no está adoptando actualmente medidas para reducir costes e impulsar la inversión y que efectivamente dependamos menos de las importaciones de crudo, además de impulsar la innovación y el empleo. La primera medida sería fomentar y favorecer la competencia con, por ejemplo, una disminución paulatina de las subvenciones a los combustibles fósiles. La segunda, hacer una revisión de los impuestos sobre la energía para impulsar la inversión en tecnologías de baja emisión de carbono. Por supuesto, que de manera paralela las ayudas a las energías renovables deben de eliminarse, también gradualmente, y así conseguir que esta medida incentive la competitividad del sector con otras fuentes de energía. Una reforma profunda de los programas nacionales de ayuda, de cara a una simplificación y armonización en toda Europa, para conseguir tiempo (que son recursos y dinero para las empresas) y por último una política común de impulso de producción de energías renovables como la solar o la eólica en aquellos países donde sea más barata. En aquellos países donde sea más cara su producción se compraría a otros países productores.
La elaboración de buenas opciones políticas para después de 2020 animaría a la industria a realizar el tipo de inversión a largo plazo necesaria para desarrollar proyectos. Hay que empezar a pensar en el 2050. ¿Cabe un escenario 100% renovable?
Ahora una política llena de incertidumbres no ayuda a una reducción de costes. ¿Es hoy inteligente mantener los subsidios al carbón? Hay que estudiar cómo se encajan los ciclos combinados de gas, que se han construido a bombo y platillo.
Liderando en Europa, el €/kwh o la “estafa”
España se sitúa entre el grupo de seis países de la zona euro donde se produjeron subidas del precio de la electricidad en 2012 del 9% o más, ocupando el sexto lugar entre 27 con la electricidad más cara. En cuanto al gas, España registra el quinto mayor precio, con 9,1 euros por Cien kWh.
Aunque en el 2013 las renovables están representando más del 50% de toda la generación de energía y han conseguido bajar el precio en el mercado mayorista, se impide que ese beneficio se traslade a los consumidores. Sin embargo esto no se le explica al consumidor, sino que se culpa a las renovables del encarecimiento del recibo y del déficit tarifario. El consumidor debería de saber que sería de sentido común dejar de consumir fuentes subvencionadas, importadas, con costes altos de seguridad y emisiones de CO2, como son el gas, el carbón y la nuclear y sustituirlas por energías limpias, autóctonas e ilimitadas.
Y pese a todo, los mayores beneficios para las eléctricas españolas
Y lo más enervante de todo esto, es que el margen de beneficio de nuestras eléctricas prácticamente dobla en beneficios al de sus colegas europeas. Iberdrola, Endesa y Gas Natural consiguieron situar sus márgenes en casi el 7%, mientras que las grandes firmas europeas, como E-ON, Enel, EDF y RWE, dejaron este ratio en menos de un 3%. Hagamos un ejercicio más ilustrativo: de cada cien euros de ingresos que generaron las compañías del sector las españolas convirtieron en beneficio 6,8 € y las europeas 2,6€. Vamos un “chollo” invertir en España, a pesar de los “lloriqueos” de pérdida de buenos resultados.
Todavía queda mucha batalla para acabar con el “statu quo” establecido, un lobby realmente duro que vencer. Siguen disfrutando de un poder fuerte porque el mercado español continúa presentando un ratio de concentración significativo. La “liberalización” puesta en marcha está muy lejos todavía de alcanzar buenos niveles de un mercado aperturista. Las grandes eléctricas ganan cuota en el mercado doméstico.
En todo caso, los objetivos en Europa solo pueden lograrse mediante la adopción de un enfoque coordinado, acompañado por una inversión sólida. ¿A ver quién invierte en España con la que está cayendo, a golpe de decretazo?
Lo urgente y necesario
Se hace necesario en nuestro país, una inversión importante en infraestructuras, destinadas a modernizar las redes de energía, para ampliar el acceso a las energías renovables. Lo más habitual es que las fuentes de energía renovables no están situadas cerca de los consumidores finales, por lo que se requieren inversiones urgentes para ampliar la distribución. La combinación de distintas tecnologías para la producción de energía renovable en las regiones mediante la aplicación de tecnologías de redes inteligentes, equilibrando las necesidades locales de electricidad con la producción, aumentando así la seguridad energética de las regiones y reduciendo la dependencia de las importaciones de energía de larga distancia. Hay que tener en cuenta el importante papel de las microinstalaciones de energía renovable, y es indispensable contribuir a la aparición de “prosumidores”, esto es, consumidores de energía que también producen energía para su propio uso.
En todo caso esta política energética europea no se corresponde con la española. Perdemos una renta superior al 4% del PIB, debido a que nuestra dependencia energética es superior al 80%. Aun así se sigue, o por lo menos a los hechos hay que remitirse, sin preocupación por ahorros en los consumos de petróleo, gas y carbón. Si a esto le sumamos el descenso de la demanda eléctrica, tenemos el desmadre del déficit tarifario. Y no consiguen parar tal desmadre, pese a los 6 decretos.
En fin, reforma energética con alza de tarifas y recortes en las renovables. El que tenga dudas se las van a despejar en las próximas semanas.
Mario Prieto
@_mcprieto