IBM, en colaboración con otros equipos científicos de diferentes compañías, ha conseguido aumentar en un 10% el rendimiento de sus células fotovoltaicas y disminuir significativamente los costes de producción. Su equipo de investigación, se ha asociado con Solar Frontier, Tokyo Ohka Kogyo y DelSolar, hasta alcanzar un desarrollo más económico y eficiente de células solares construidas a base de abundantes materiales naturales.
“Hasta ahora, las pruebas de nuestros dispositivos de película delgada Cu2ZnSn(S,Se)4 (hechos con cobre zinc y estaño) han logrado un récord mundial en la conversión de energía solar a eléctrica con una eficiencia del 11,1% (un 10% mejor que los informes anteriores) para esta clase de semiconductores”, explican los propios investigadores de IBM. “Y pueden fabricarse con una sencilla tecnología de impresión basada en tinta”.
Hasta el momento, IBM no ha dado más pistas en lo que se refiere a la tecnología. Si esta idea se desarrolla, podría significar un gran avance para los métodos de fabricación y de materiales. Pese a que existen numerosas tecnologías fotovoltaicas, ninguna ha sido capaz de aunar eficiencia con escalabilidad, producción barata y materiales comunes. Los semiconductores fotovoltaicos más extendidos, construidos con silicio cristalino “tienen unos requisitos de pureza del material demasiado altos (¡más del 99,9999%!) y las obleas suelen cortarse a partir de lingotes sólidos y conectados en serie para formar módulos fotovoltaicos”, apuntan los científicos, lo que convierte la tecnología actual en demasiado cara.
Por su parte, las células CZTS de IBM podrían producir hasta 500 gigavatios por año, acercándose a los niveles de teravatios de electricidad renovable que el planeta necesita.
El Gigante Azul también ha aprovechado para recordar que el total de la energía del astro rey que alcanza la superficie de la tierra supera en varios miles de veces al consumo de electricidad de la misma. Sin embargo, a día de hoy, la electricidad generada por células solares fotovoltaicas no llega ni a contribuir con un 1% a la producción mundial.