Las presiones que las eléctricas y las asociaciones renovables están haciendo sobre el gobierno parece que comienzan a hacer mella entre sus filas, ya que los ministros de Industria y de Hacienda han expresado discrepancias a diferentes medios de comunicación. Mientras que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en entrevista a Bloomberg, discrepaba de la reforma energética asegurando que hasta que él no lo decida, ésta no seguiría adelante, Soria, el titular de Industria afirmaba ayer desde Canarias que las competencias de los ministerios están muy bien delimitadas, y que cualquier tipo de propuesta en materia de energía corresponde a su ministerio, sin perjuicio de que hay otros departamentos, fundamentalmente de contenido económico, que lógicamente tienen que opinar. Agregó a modo de ejemplo, que la propuesta del ministerio de Hacienda del incremento del IRPF fue aceptada colegiadamente por el Gobierno.
Entre tanto y si las presiones de unos y otros no lo remedian, la fecha del 24 de agosto de 2012 puede ser la definitiva para el decreto que de forma a la nueva regulación eléctrica, que traerá consigo el futuro próximo de la generación de energía en nuestro país. La base de toda discusión o el eje central de la misma es el déficit de tarifa que el gobierno se ha propuesto eliminar para 2013. Sin embargo voces de todos los sectores, dudan de la necesidad de que éste sea enjugado totalmente en dicha fecha, ya que si como nos informaban determinadas filtraciones, serán las renovables las que sufran el mayor castigo de la reforma, significaría dar la puntilla a un sector que basa su subsistencia en las primas y la rentabilidad de sus instalaciones, ya que las inversiones y por tanto los créditos son muy altos.
El ministro Soria, en unas manifestaciones intranquilizadoras no dice ni sí ni no, sino todo lo contrario. Su argumento simplista «El déficit de tarifa es un problema muy serio en la economía española y sólo puede atajarse o reduciendo los costes del sistema o aumentando los ingresos o haciendo una combinación de ambas medidas» no deja lugar a dudas: tratará de aumentar los ingresos incrementando la fiscalidad a la generación eléctrica, y según parece, la que saldrá más perjudicada será la parte renovable. No se da cuenta el ministro Soria, de que matará a la gallina de los huevos de oro, de que todo el trabajo que se ha hecho durante tantos años en el desarrollo de un mix energético sostenible se irá a pique.
Como un alumno aplicado pero sin criterio propio copia al dictado de una política «rara» muy rara diría yo, que pretende limitar el gasto para tapar el agujero, pero que hace oídos sordos a las recomendaciones de Europa, de EEUU, y de todos los países desarrollados que están invirtiendo en renovables, I+D, …. y el porqué de todo esto lo suponemos, pero no lo podemos confirmar. Altas esferas y grandes cuentas tienen la palabra.
Afirmó Soria eso sí, que las medidas no gustarán a las compañías eléctricas, pero que el ajuste del agujero de 24.000 millones no va a correr a cargo sólo del consumidor, ya que se les ha impuesto ya dos subidas de tarifa.
Si Montoro tiene peso en el Gobierno, es el momento de demostrarlo. Si no, la industria eléctrica tendrá que replantearse su futuro.
Carlos Sánchez Criado