Oficemen, Agrupación de fabricantes de cemento de España, se une a las reclamaciones de otros sectores perjudicados y ofrece su visión ante lo que considera una segunda recesión del sector.
Con un descenso del consumo de cemento de un 31,3% con respecto al mismo periodo de 2011, reflejan que el sector ha entrado en una segunda recesión, que puede ser peor que la anterior, con unas tasas de caída sin precedentes en nuestro país. De esta manera el consumo de cemento per cápita retrocede a niveles de 1966 debido a la casi total paralización de la edificación y la obra pública, que se verá todavía más mermada de aplicarse los recortes previstos en los Presupuestos Generales.
Por otro lado, las últimas medidas adoptadas por el Gobierno en relación al sistema eléctrico crean una gran incertidumbre, ya que afectan a la competitividad de la industria cementera española, su capacidad exportadora y al mantenimiento de empleo estable en el sector. A pesar de la prolongada crisis, la industria cementera ha conseguido mantener en España casi 6.000 empleos directos y unos 20.000 indirectos, cuya continuidad esta amenazada.
En palabras del presidente de Oficemen, Juan Béjar, “esperamos que el nuevo modelo energético incluya una optimización del sistema que elimine de los costes regulados, conceptos no ligados al servicio eléctrico, y permita un nuevo mercado donde la industria pueda obtener precios de la electricidad previsibles y competitivos”.
El presidente de Oficemen, demanda que la industria cementera pague el coste real de la energía, coste “que en cinco años ha pasado de suponer el 72% de la factura al 44%. El precio de la electricidad se ha duplicado para la industria desde 2008”. El precio de la electricidad para la industria es el quinto más alto de los 17 países de la eurozona. La tarifa eléctrica representa cerca del 30% de los costes totales en la industria, en el caso del sector cementero representa el 18%.
Oficemen apunta que la industria española no puede ser la que mayoritariamente soporte el incremento de costes que no están directamente relacionados con la generación y distribución de la electricidad, como pueden ser la primas a las renovables o las ayudas al carbón nacional, entre otros.
La incertidumbre regulatoria y los bandazos sobre el modelo energético han convertido al sector industrial en pagador de una buena parte de los sobrecostes añadidos al sistema eléctrico.
Oficemen solicita un marco de relación directo con las eléctricas, poder establecer contratos bilaterales, algo que no permite el actual sistema de precios marginales.
Juan Béjar concluye que “estamos en un momento crítico y esperamos que el Gobierno tenga la sensibilidad suficiente para apostar por la competitividad de la industria española”.