“La gestión activa del monte está ligada a su capacidad económica, por eso hay que buscar un punto de encuentro entre demanda y oferta”, explica a EnergyNews Antonio Gonzalo, responsable de Comunicación de AVEBIOM, (Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa). Una opinión en la línea de COSE, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España.
Nunca ha habido una explosión de crecimiento tan grande de la masa forestal como en los últimos diez años y como consecuencia, el riesgo de incendios es mayor.
Solo en el año 2014 las llamas devoraron unas 35.000 hectáreas, cifra algo inferior a la media de la última década, pero un 70% más de lo quemado respecto al año anterior. Y es que según un estudio sobre la evolución de los incendios forestales en España en los últimos años, el cambio climático, el incremento de la frecuencia de las sequías y la escalada de la temperatura se han confirmado como uno de los impulsores de este riesgo.
Además, no hay que olvidar a los propietarios forestales, que son los primeros perjudicados en los incendios en el medio natural y hay que darles el mayor soporte posible para ayudar a evitarlos. Según COSE (Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España) el dilema radica en la falta de gestión del monte. Lo que no tiene valor, se descuida, y de ahí a las dramáticas consecuencias de los incendios.
Según esta asociación, la principal amenaza ante el fuego es el abandono, y la economía del monte es el mejor aliado para su conservación.
¿Soluciones a los incendios?
Ante esta problemática, COSE propugna la valorización de los productos forestales para activar la gestión del monte y disminuir así el riesgo de incendios forestales
Ésa fue su posición en una jornada técnica titulada “Dinamización del medio forestal y rural para la prevención del incendios”, organizada por WWF España y celebrada en la sede de la Dirección General de Desarrollo Rural y Política Forestal del MAGRAMA (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente).
Según Patricia Gómez, gerente de COSE, “la verdadera política contra los incendios es la gestión activa del monte. Una acción de prevención que, además, incorpora un efecto multiplicador de la inversión sobre el territorio”, y añade que “destinar tanto dinero a la extinción no genera riqueza ni fomenta el desarrollo rural, hay que potenciar el consumo de productos forestales para fortalecer los mercados, como forma de paliar la falta de gestión y el abandono del monte, nuestra mayor amenaza, debido a la falta de rendimiento económico”.
La biomasa forestal, una vía de solución
COSE confía en el aprovechamiento de la biomasa forestal para uso energético como una de las formas más eficaces para evitar incendios, al disminuir la continuidad y carga de combustible de las masas forestales.
Para Antonio Gonzalo, responsable de Comunicación de AVEBIOM, “ésa sería la solución, pero los lobbies de las empresas petroleras y gasísticas están comprando voluntades para que el Gobierno no promocione los combustibles alternativos. La biomasa para uso térmico es más barata que el gas natural o el propano, y mucho más que el gasóleo pero falta voluntad política para apostar por ella”.
Por su parte, Patricia Gómez, explica que “para prevenir incendios, hace falta un enfoque de gestión del territorio, y no verlo únicamente como gestión de un combustible, sino combinando varias técnicas y conciliando otros intereses, como la ganadería, e implicando no sólo a los propietarios, sino también a la población local en acciones combinadas y dejando el máximo valor en el territorio, con una gobernanza de abajo a arriba”.
Pero, ¿a nivel nacional, autonómico o municipal? “Aunque el Gobierno se ve presionado por los lobbies energéticos, a nivel autonómico sí se están tomando algunas medidas pero son insuficientes”, continúa Antonio Gonzalo, “por ejemplo, hace unos años se subvencionaban los equipos de biomasa, ahora son solo créditos con intereses bajos o relacionados con la reducción de la emisión de CO2, pero se podría hacer más, ¿por qué buena parte del consumo energético térmico de los edificios públicos autonómicos siguen alimentándose de combustibles fósiles? La llave la tienen ahora los ayuntamientos, que están más cerca de ver la realidad forestal y que además saben que se generaría empleo local”.
El monte ha de ser productivo, por eso tiene “que haber interés por cuidarlo, porque un bosque cuidado, no se quema”, concluye Patricia Gómez, y añade Antonio Gonzalo, “la gestión activa del monte tiene que ver con su capacidad económica, hay que encontrar un punto de encuentro entre demanda y oferta”.