La Comunidad de Regantes, el segundo consumidor de energía más importante de España después de ADIF, se verá claramente perjudicada por la reforma energética, que supondrá un sobrecoste anual de unos 100 millones de euros para el sector agrario.
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) denuncia que la reforma energética efectuada por el Ministerio de Industria para compensar el déficit de tarifa, perjudica gravemente al sector, ya que la factura de la luz pasará ahora a representar el 41% de los gastos generales de las comunidades de regantes o lo que es lo mismo, seis puntos porcentuales más que antes de la reforma, lo que convierte los costes energéticos en una partida “completamente inasumible” para el regadío, poniendo en peligro su continuidad.
Subidas inasumibles
Según FENACORE, las subidas experimentadas por los regantes en los últimos 4 años han sido de más del 450% desde la supresión de las tarifas especiales para el riego; la nueva reforma supondrá que las tarifas de alta tensión por las que se rige el regadío registren un incremento del término de potencia del 115% a añadir a las anteriores subidas.
Por otro lado, aunque la tarifa que grava el consumo (término fijo de la energía) se reducirá en un 65%, apenas beneficiará a los regantes, ya que su impacto real en factura sólo se apreciará sensiblemente durante los meses más intensivos en riego (julio y agosto) y, por tanto, de mayor consumo energético.
Solicitan
Con el fin de compensar esta subida de la factura eléctrica y proteger la competitividad de la agricultura, la Federación viene solicitando al Ministerio de Industria que las comunidades de regantes paguen únicamente por la potencia real registrada y no por la teórica contratada para evitar el gasto de un servicio que no utilizan fuera de la época de riego (de abril a octubre).
Alternativas
Otras alternativas para conseguir un escenario más competitivo pasan por despenalizar el uso de las tarifas de temporada o bien, poder firmar más de un contrato por año: uno anual con una mínima potencia para el suministro básico del mantenimiento de los equipos y otro de temporada para los meses de máximo consumo (meses de riego).
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “los actuales costes energéticos hacen completamente inviable el regadío modernizado. Sólo unas tarifas mejor adaptadas y más competitivas garantizarían su viabilidad y nuestra colaboración en la trasformación de las más de un millón de hectáreas que rodavía quedan pendientes de modernizar en la segunda fase del Plan Nacional de Regadíos; una fase que está paralizada por la necesidad de fondos públicos y de unos planes de amortización adecuados al escenario tarifario actual”.