Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF han presentado sus 17 principales propuestas para que se incluyan en los programas electorales de las diferentes fuerzas políticas. “Son el mínimo común denominador de las cinco grandes organizaciones ecologistas pero como máxima principal está el cumplimiento de la ley”, coincidieron en afirmar.
La hoja de ruta de los ambientalistas ya está diseñada. Sus medidas estrellas son la creación de una Vicepresidencia de Sostenibilidad y de un Ministerio de Medio Ambiente independiente, “porque el medio ambiente empieza a estar en las grandes decisiones políticas internacionales y percibimos mayor sensibilidad en nuestro país, pero hemos visto muchos pronunciamientos de los políticos del pasado que se quedaron en el papel”, explica Mario Rodríguez, director de Greenpeace España.
Ocho puntos capitales
Una política fiscal ambiental, una mejor gestión del agua, una política agraria sostenible, el cambio de modelo de pesca, una economía circular con los residuos, dar la importancia que se merece a la biodiversidad y rechazar los Tratados de Libre Comercio son solo algunos de los puntos que señalan la necesaria transformación del sistema y del modelo económico actual hacia uno más sostenible.
Por eso piden al futuro Gobierno de la nación, tras las Elecciones Generales del 20-D, que si se compromete en campaña electoral a políticas ambientales, no se quede ahí, “porque el papel lo soporta todo pero el principal notario va a ser la ciudadanía que vigilará el cumplimiento de sus promesas”, añade el director de Greenpeace.
Entre su hoja de ruta destacan ocho puntos capitales como son la puesta en marcha de una auténtica política fiscal ambiental, que redistribuya la carga fiscal e impulse la creación de empleo; solucionar la cuestión del agua, donde se ponga un precio real a su consumo, se dejen de construir presas y crear trasvases y se cree una Ley del Agua; una política agraria que reduzca los impactos tan negativos en la naturaleza, elimine los subsidios perversos y los transgénicos; y una apuesta clara por una nueva política pesquera donde se incluya la opinión de todos los agentes del sector, manteniendo una postura firme en contra de la pesca ilegal.
También proponen una nueva política de economía circular, donde la gestión de los residuos y el compostaje tienda hacia el residuo cero; donde la biodiversidad tenga el lugar que se merece, con una legislación, que existiendo ya, se cumpla, y que se derogue la Ley de Costas que ha permitido que los ecosistemas del litoral hayan sido muy maltratados por la especulación inmobiliaria; además del rechazo a todos los Tratados de Libre Comercio, especialmente al TTIP.
Nuevo modelo energético
Como tema a destacar, las organizaciones ecologistas ven imprescindible realizar una auditoría de costes del sistema energético con una reforma profunda de la Ley del Sector Eléctrico, “porque la ciudadanía tiene derecho a saber una información de la que dispone exclusivamente el oligopolio”. Además, piden apostar por medidas de eficiencia energética, eliminar subvenciones a los combustibles fósiles y conseguir que España sea 100% renovable en un máximo de 30 años.
“Y por supuesto eliminar las trabas que se han impuesto al Autoconsumo”, añade Mario Rodríguez, “debe haber una ley que regule y haga coherentes los compromisos adquiridos por nuestro país con la UE. España debe dejar de estar en el furgón de cola y tener objetivos más ambiciosos, como un 40% en eficiencia energética y un 40% de renovables en 2030”.
Por último, apuestan por una movilidad sostenible favoreciendo el transporte público y abandonando las grandes infraestructuras que realmente no son necesarias.
Calidad de vida
“Respirar aire limpio es un derecho de todas las personas pero a día de hoy nadie nos lo asegura”, explica Paco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción, “450.000 peronas fallecen cada año en la UE por este asunto, por lo que pedimos una campaña informativa del estilo a la de los accidentes de tráfico para que se conozca y la población pueda adoptar medidas para evitar una mala calidad del aire”.
Además de la contaminación atmosférica, también están la contaminación química, por eso, incluyen la prohibición de manera urgente del Bisfenol-A y otros disruptores endocrinos en alimentos y artículos de uso infantil, “ya que hasta hace poco se encontraba en los biberones”, añade Segura.
Y por último, piden la prohibición del uso y abuso de animales con fines lúdicos y publicitarios a través de una Ley de Protección Animal, porque “hay que ajustar la ley a una sensibilización social cada vez más creciente”, concluye.