Amcham Spain, La Cámara de Comercio Americana para España, que publicó en noviembre de 2010, 25 propuestas para una economía más competitiva, lanza un nuevo documento que tiene como finalidad hacer una serie de propuestas constructivas para que España salga fortalecida de la actual crisis y recupere cuanto antes una senda sólida de crecimiento.
Propuestas
1. Un gran pacto de Estado en materia de política energética es imprescindible para mejorar el potencial de crecimiento y la competitividad de la economía, a través de unos costes energéticos contenidos. Además, una adecuada política energética configurará un mix diversificado y eficiente, respetuoso con la estrategia 20/20/20 de la UE, y que ayude a disminuir la dependencia energética. Todo ello favorecerá la reducción del déficit de la balanza por cuenta corriente, cuestión importante si tenemos en cuenta las dificultades persistentes para financiar la
economía. La política energética debe tener un peso creciente en la política exterior española.
2. La seguridad jurídica y la estabilidad regulatoria en materia energética es una exigencia para proteger las inversiones realizadas por productores y consumidores, que les permita rentabilizar las mismas, así como asegurar la realización de las inversiones necesarias en la próxima década, con el mínimo coste para el consumidor.
3. Uno de los grandes retos en materia energética es poner fin al déficit de tarifa, no sólo mediante el proceso de titulización, sino mediante el análisis de los costes y el reflejo de éstos en las tarifas. La estructura tarifaria debe tener en cuenta el impacto sobre la competitividad y el empleo.
4. La coordinación eficiente de la política energética entre las distintas Administraciones públicas y la simplificación de los procedimientos burocráticos es esencial. De esta forma se garantizará la unidad de mercado, la competencia, la competitividad y las inversiones futuras.
5. La interconexión con Europa ha de ser un elemento importante de la política energética. La mejora de la interconexión tendría los siguientes efectos positivos: reduciría el efecto de “isla energética” de la Península Ibérica; contribuiría a la creación del mercado energético europeo, y con ello se aumentaría la competencia al incrementarse los intercambios energéticos con el resto de Europa; situaría a España como socio estratégico de la UE en materia energética, porque permitiría diversificar las fuentes de suministro de gas natural; facilitaría la integración de renovables, la reducción de costes del sistema y la consecución de los objetivos de la estrategia 20/20/20.
6. España debe dotarse de un mix eléctrico diversificado, que permita la mejor convergencia de las energías convencionales y renovables, con el objetivo de cumplir con la estrategia 20/20/20. El diseño del mix eléctrico debe tener en cuenta que en la actualidad la energía base está compuesta principalmente por centrales de ciclo combinado, centrales nucleares y centrales tradicionales (carbón).
6.1. Las centrales de ciclo combinado están infrautilizadas debido a un objetivo mayor de renovables sobre los inicialmente establecidos, al RD del Carbón, que fuerza la entrada de esta energía, y a la imprevista caída de la demanda por la crisis. Esta realidad no debe obviarse en la definición de la política energética. Además, las centrales de ciclo combinado cumplen un papel
imprescindible para la seguridad del sistema, puesto que son soporte de las energías renovables, como consecuencia de la intermitencia de éstas.
6.2. La extensión de la vida de las centrales nucleares que cumplan los requisitos necesarios es conveniente, ya que se garantiza la disponibilidad que ofrece la energía base, al mismo tiempo que permite alcanzar los objetivos de la estrategia 20/20/20.
6.3. Las centrales hidroeléctricas producen energía limpia y flexible que complementan a las renovables. La promoción de las turbinas reversibles permitiría a la energía hidráulica representar un porcentaje relevante en el mix.
6.4. Las energías renovables (eólica y solar) han alcanzado un porcentaje importante en el mix, y seguirán creciendo para cumplir los objetivos fijados por la UE. La integración más eficiente de las energías renovables en el sistema, implica una mejora de las infraestructuras de red.
7. Una de las cuestiones críticas que ha de afrontar el sistema eléctrico español es la
necesidad de aplanar las curvas de generación y demanda eléctrica. La optimización de la gestión de la demanda se podría lograr mediante:
El impulso de tecnologías como las redes inteligentes de electricidad, que facilite la
visualización y el control de la red en tiempo real, junto con equipos de generación distribuida, que ofrecen modulación y disponibilidad para generar cerca de la demanda;
El fomento del uso de dispositivos inteligentes que ayuden a los hogares a gestionar su consumo, así como electrodomésticos inteligentes;
La promoción de tarifas que bonifiquen o penalicen en función de la oferta/demanda
de energía.
8. El impulso del vehículo eléctrico es relevante por la importancia industrial del sector del automóvil, porque es otra forma de ayudar a la convergencia entre las curvas de generación y demanda, mediante la recarga nocturna, porque reduciría la emisión de CO2 y la dependencia energética. El fomento del transporte de mercancías por ferrocarril no sólo es importante para mejorar el intercambio de productos con la UE, principal mercado exportador de España, sino que ayudaría a descongestionar las carreteras y reduciría las emisiones de CO2.
9. La mejora de la eficiencia energética es otro de los pilares de la estrategia de la UE 20/20/20 porque es un elemento básico para lograr un sistema energético sostenible. En este sentido, el impulso de iniciativas que reduzcan las emisiones de CO2, debe estar acompañado de políticas que reduzcan la demanda energética. Las Administraciones públicas tienen un amplio recorrido de mejora en materia de eficiencia energética en edificios públicos; se deberían fomentar tecnologías de cogeneración y trigeneración, especialmente en edificios de alta ocupación,
como hospitales, así como la mejora de la eficiencia de la iluminación de ciudades e infraestructuras viarias.
10. Las políticas de I+D+i deben destinar los fondos adecuados a proyectos de investigación en materia energética, por la importancia estratégica de la misma y porque España se ha convertido en un referente en energías renovables; esta posición se ha de mantener sobre la base de la investigación. Existen otras áreas donde es imprescindible que también se dediquen recursos de I+D+i como la movilidad eléctrica, las redes eléctricas inteligentes o la tecnología necesaria para la captura y el secuestro de CO2.