Los precios al alza de los hidrocarburos y los conflictos geopolíticos, especialmente la crisis ruso-ucraniana, han generado en Europa la necesidad de mejorar la política de seguridad energética. Por eso, la Comisión Europea organizará el próximo 9 de octubre una Cumbre de Alto Nivel de Seguridad Energética en Bruselas donde se apoyará la eficiencia y la energía local.
Hoy la Unión Europea importa el 53% de la energía que consume, incluyendo el 66% de su gas. Su seguridad energética es el problema más apremiante ya que tiene una fuerte dependencia de un solo proveedor externo, Rusia. Seis estados miembros de la UE, los tres países bálticos (Estonia, Letonia, Lituania), Finlandia, Bulgaria y Eslovaquia, son particularmente vulnerables a las interrupciones de suministro de energía, ya que importan el 100% de su gas de Rusia.
Seguridad Energética
Y eso que desde la creación de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en 1974, todos los países miembros aprobaron que debían de contar con reservas suficientes para abastecerse durante noventa días en caso de una interrupción en el suministro. Pero Europa continúa dependiendo de los combustibles fósiles que son propiedad de unos pocos, que en caso de conflicto, como el actual ruso-ucraniano, puede poner en riesgo el suministro de energía.
Las autoridades locales desempeñan un papel crucial en la implementación de políticas de energía sostenible en Europa. Su papel en garantizar la seguridad energética de Europa está llegando cada vez más a la vanguardia en el contexto de la crisis de Ucrania en desarrollo. De ahí la importancia de sus decisiones.
Cumbre de Alto Nivel
El próximo 9 de octubre, se debatirán, en una Cumbre de Alto Nivel organizada por la Comisión Europea en Bruselas, a partir de las 14:00, las posibles opciones con las que cuenta el Viejo Continente.
Este evento de medio día se dividirá en dos sesiones. La primera se centrará en los esfuerzos de las ciudades para moderar la demanda de energía y en el cambio de los combustibles importados por la producción local de energía.
La otra sesión se debatirá sobre la financiación de proyectos de energía sostenible. Entre los oradores figuran alcaldes de importantes capitales de Europa del Este como Varsovia (Polonia), Sofia (Bulgaria) y Riga (Letonia), así como representantes de alto nivel de la Comisión Europea y las instituciones financieras.
La cumbre pondrá sobre la mesa las oportunidades para conocer cómo las ciudades están tomando medidas para dejar de depender del gas ruso, incluso mediante inversiones inteligentes en edificios sostenibles y en transporte, redes de calefacción renovables, y la planificación inteligente de la ciudad en general. Se mostrará el vínculo directo entre la Estrategia de Seguridad de la Comisión Europea de la Energía y las propuestas de 2030 los objetivos climáticos y energéticos.
El caso español
España tiene una dependencia energética respecto al exterior superior al 80%, que si se incluye el uranio sube hasta el 86% frente a la media europea que ronda el 54%. Sin embargo, es un país con una gran riqueza en recursos renovables: goza de casi el doble de horas de sol que Alemania y es pionera en energía eólica.
El déficit comercial es consecuencia de la dependencia energética que tiene España del exterior. La balanza energética española tiene un abultado saldo negativo: 41.000 millones de euros en 2013. España pagó 57.000 millones por energía que importó e ingresó unos 16.000 millones.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, actualmente, las energías fósiles aportan el 80% del suministro mundial de energía y los principales países productores de petróleo son Arabia Saudí (13,9%), Rusia (12,7%) y Estados Unidos (8,6%) y los de gas natural son Rusia (20%), Estados Unidos (12,9%) y Canadá (4,7%), en tanto que la producción de carbón la controlan China (45,9%), Estados Unidos (12,9%) y la India (7,5%).