El debate del mix energético es uno de los puntos calientes en todos los países industrializados, debido principalmente a la crisis que atravesamos, y a que se buscan no sólo las alternativas más sostenibles sino las más rentables.
Según un estudio realizado en el 2009 por la consultora McKinsey, desde el punto de vista medioambiental, el precio que costaría dejar de emitir una tonelada de CO2 gracias al uso de energía nuclear es de 60€. En el estudio no se tienen en cuenta los riesgos derivados ni los costes ocasionados por una catástrofe como la japonesa, pero el gobierno de David Cameron aboga por un mix en el que el papel de la nuclear tenga un peso importante.
Según el físico Robin Grimes, asesor científico jefe del Ministerio de Exteriores del Gobierno británico, las nucleares supondrán entre un 30% y un 40% del suministro (actualmente es el 17%), y las renovables asumirán alrededor de otro 30%. Para Grimes, la nuclear es segura, pero hay que hacerla más eficiente.
El gobierno británico publicó en diciembre de 2012 el informe UK Renewables Roadmap, en el que desarrolla el plan que seguirá el Reino Unido para cumplir el objetivo del 15% de energía proveniente de fuentes renovables en 2020. En este informe, que se realiza de forma anual, el Departamento de energía y Cambio Climático (DECC ) por primera vez ha considerado la energía solar fotovoltaica como una tecnología clave para lograr el objetivo de generación sostenible y estima que la industria podrá instalar entre 7 y 20 GW de energía solar para 2020.
Sector residencial
A pesar de que la radiación de Reino Unido es inferior a la de otros países del sur, las instalaciones solares a pequeña escala están siendo el motor de esta tecnología debido al programa de incentivos introducido por el gobierno británico para propietarios de inmuebles. Un alto porcentaje de la energía solar fotovoltaica instalada en Reino Unido se concentra en el sector residencial e instalaciones sobre el terreno. En 2012, el mercado británico de energía fotovoltaica pasó a ocupar el noveno puesto mundial con 925 MW instalados que supuso multiplicar la potencia por cinco.
Primas a la fotovoltaica
El boom de la fotovoltaica en España animó a otros países a tomar la senda de las primas, y en Reino Unido, el gobierno obligó a las compañías eléctricas a producir un mínimo de esta energía mediante obligaciones renovables (Renewable Obligations), que presentaban a través de certificados (1MW = 1 certificado) a la OFGEM (Oficina de los mercados de gas y electricidad por sus siglas en inglés).
A pesar de que en abril de 2012 las primas fotovoltaicas para edificios preexistentes habían fijado una tarifa de 43,3 peniques/kWh para instalaciones de menos de 4kW, y una recuperación de la inversión inicial estimada en unos 12 años, en 2013, con la nueva reglamentación del Departamento de Energía y Cambio Climático, las primas para las instalaciones que se ejecuten en el periodo 1 de abril de 2013 a 31 de marzo de 2017, han quedado como sigue:
El sistema de primas fotovoltaicas se aplica en todo el país excepto Irlanda del Norte. Hasta el 31 de marzo de 2012 se habían registrado casi 250.000 instalaciones renovables (99% fotovoltaicas), y la capacidad total era de 1,1GW.
Las tarifas varían de acuerdo a la inflación tomando como referencia el IPC y se revisan cada 3 meses. Para poder obtener las primas se debe presentar un certificado de eficiencia energética de edificios del nivel D o superior, ya que en caso de ser peor se cobraría la tarifa más baja.