Ya os contamos el pasado noviembre que la Unión Europea impuso un recargo arancelario a las importaciones de biodiesel procedentes de Argentina e Indonesia durante un periodo de cinco años por prácticas de dumping. Por eso, el gobierno de Kirchner ha presentado un proyecto de ley para la exención de impuestos a la producción de biodiesel mientras duren esas restricciones.
El Gobierno de Argentina enviará al Congreso un proyecto de ley para la exención de impuestos a la producción de biodiésel mientras duren las restricciones que la Unión Europea impuso sobre el combustible del país, según ha anunciado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Prácticas de dumping
Hace ya dos años que APPA Biocarburantes denunciaba las importaciones desleales de biodiesel no sólo de Argentina sino también de Indonesia al vender su carburante por debajo del coste de producción gracias a ayudas públicas, causando un grave perjuicio a la industria europea. Con esta operativa, copaban el 76% del mercado y agravaban la agonía de un sector en España que había llevado a la parálisis absoluta a más del 80% de las cincuenta plantas de biodiesel existentes en España.
Sin embargo, esta semana la presidenta argentina no lo veía así, y se defendía diciendo que “las maniobras de ‘dumping’ de Europa» responden a que «somos muy competitivos. Si no bajamos los impuestos al biodiésel aumentaría (el precio de) este producto y lo hacemos para que el costo no lo pague el consumidor”.
Argentina pidió a finales de marzo a la Organización Mundial del Comercio (OMC) el establecimiento de un panel para investigar las medidas antidumping establecidas por la UE contra las compras de biodiésel argentino.
El país sudamericano es uno de los principales exportadores mundiales de biodiésel. Antes de que la UE aplicara aranceles a su biocombustible, Argentina era el proveedor global líder del producto, que se destinaba en su amplia mayoría a Europa.
Una decisión a nivel interno
Para Manuel Bustos, director de APPA Biocarburantes, “las medidas anunciadas se refieren a una reducción de los impuestos especiales pero en el uso del biodiesel en Argentina. Esto supuestamente lo que va a hacer es que su coste sea inferior en el mercado interior con lo que a nosotros, en Europa, no nos afecta en nada”.
La decisión propuesta por el gobierno argentino, según Bustos, “es una manera de compensar al sector porque las exportaciones a la UE se han visto muy afectadas con las medidas antidumping adoptadas, destino principal de la industria argentina del sector”, por eso, añade “para paliar esta situación se busca aumentar el consumo interno”.
Las cuotas de consumo
En Argentina, desde el pasado 1 de enero, todos los tipos de gasoil que se venden en sus estaciones de servicio tienen que tener un 10% de biodiesel. El corte hasta entonces era del 8%, pero el 10%, que estaba autorizado desde hacía más de un año, ahora será obligatorio.
La medida se adoptó para paliar el cierre de las importaciones de biodiesel argentino en Europa. Ese es el motivo por el cual se analiza implementar también un 10% de bioetanol (o alconafta) en las naftas locales.
En Europa, según explicaba Manuel Bustos a EnergyNews, “no hay una obligación a nivel comunitario sobre un mínimo de cuotas, sino un objetivo obligatorio en 2020 a través de una directiva que propone un 10% de cuota de renovables en transporte y en el caso del biocombustible un 10% en el consumo final.”
Cada país ha establecido sus sistemas y sus cuotas. En España, la obligación de incluir biocarburantes es del 4,1% en global, de los cuales un 4,1% es para biocarburantes en gasóleo y un 3,9% para las gasolinas. Estos porcentajes tan bajos fueron aprobados en 2013 por el Gobierno como consecuencia de los recortes y en contra de las renovables, pero antes eran más altos, del 7%.