El presidente de APPA Biocarburantes, Óscar García, participó hace unos días en las jornadas ‘Biocarburantes y modelo de transporte’ en Madrid, organizadas por Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y Transport and Environment. Durante su intervención, abordó varios asuntos relacionados con las medidas de la Unión Europea en relación al sector del biocarburante. Medidas, según la industria, discriminatorias.
ILUC: poca precisión
García puso de manifiesto que los cambios en la legislación de biocarburantes, propuestos recientemente por la Comisión Europea en materia de cambios indirectos del uso de la tierra (ILUC), “carecen de una base científica adecuada”. Incluso, la propia Comisión reconoce que ILUC es un “fenómeno imposible de observar o medir directamente” y que su estimación es “inherentemente incierta”.
Dentro de la comunidad científica se dan resultados dispares a la hora de calcular las emisiones causadas por el ILUC, con diferencias para el mismo tipo de biocarburante de 50-60 g CO2e/MJ entre un estudio y otro, lo que denota la falta de consenso científico.
Limitación de los biocarburantes
El presidente de APPA Biocarburantes también ha subrayado que el sector se ha dimensionado en la Unión Europea para cumplir el objetivo del 10% para 2020 fijado en la Directiva de Energías Renovables hace sólo cuatro años, por lo que limitar los biocarburantes convencionales, como propone ahora la Comisión Europea, supone cambiar las reglas del juego a mitad del “partido”, lo que resulta inaceptable.
En relación con las nuevas generaciones de biocarburantes, García ha manifestado que “el sector comparte la necesidad de incentivarlos”, para lo que ha propuesto establecer un objetivo obligatorio de consumo de los mismos del 2% para 2020, en lugar del sistema de contabilidad múltiple que propone la Comisión Europea.
La alternativa al consumo de biocarburantes sería principalmente el petróleo de fuentes no convencionales (arenas y pizarras bituminosas), que presenta mayores impactos medioambientales y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Menos del 3% de tierras agrícolas destinadas a la producción
Respecto a la acusación recurrente de que el uso de biocarburantes provoca una menor disponibilidad de alimentos en el mundo y un encarecimiento de sus precios, García ha señalado que la incidencia de los biocarburantes ha sido mínima, ya que utilizan menos del 3% de las tierras agrícolas mundial y su producción es complementaria a la obtención de materias primas para la alimentación animal, siendo el crecimiento de los países emergentes el principal factor de tensionamiento del mercado agroalimentario.
Menor deforestación
Óscar García también ha apuntado que la deforestación de los bosques tropicales disminuyó un 25% entre 2000 y 2010 con respecto a la década anterior, mientras que la producción de biocarburantes se incrementó de manera exponencial, por lo que su responsabilidad en esta problemática es escasa.
El presidente de APPA Biocarburantes, Óscar García, participó hace unos días en las jornadas ‘Biocarburantes y modelo de transporte’ en Madrid, organizadas por Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y Transport and Environment. Durante su intervención, abordó varios asuntos relacionados con las medidas de la Unión Europea en relación al sector del biocarburante. Medidas, según la industria, discriminatorias.
ILUC: poca precisión
García puso de manifiesto que los cambios en la legislación de biocarburantes, propuestos recientemente por la Comisión Europea en materia de cambios indirectos del uso de la tierra (ILUC), “carecen de una base científica adecuada”. Incluso, la propia Comisión reconoce que ILUC es un “fenómeno imposible de observar o medir directamente” y que su estimación es “inherentemente incierta”.
Dentro de la comunidad científica se dan resultados dispares a la hora de calcular las emisiones causadas por el ILUC, con diferencias para el mismo tipo de biocarburante de 50-60 g CO2e/MJ entre un estudio y otro, lo que denota la falta de consenso científico.
Limitación de los biocarburantes
El presidente de APPA Biocarburantes también ha subrayado que el sector se ha dimensionado en la Unión Europea para cumplir el objetivo del 10% para 2020 fijado en la Directiva de Energías Renovables hace sólo cuatro años, por lo que limitar los biocarburantes convencionales, como propone ahora la Comisión Europea, supone cambiar las reglas del juego a mitad del “partido”, lo que resulta inaceptable.
En relación con las nuevas generaciones de biocarburantes, García ha manifestado que “el sector comparte la necesidad de incentivarlos”, para lo que ha propuesto establecer un objetivo obligatorio de consumo de los mismos del 2% para 2020, en lugar del sistema de contabilidad múltiple que propone la Comisión Europea.
La alternativa al consumo de biocarburantes sería principalmente el petróleo de fuentes no convencionales (arenas y pizarras bituminosas), que presenta mayores impactos medioambientales y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Menos del 3% de tierras agrícolas destinadas a la producción
Respecto a la acusación recurrente de que el uso de biocarburantes provoca una menor disponibilidad de alimentos en el mundo y un encarecimiento de sus precios, García ha señalado que la incidencia de los biocarburantes ha sido mínima, ya que utilizan menos del 3% de las tierras agrícolas mundial y su producción es complementaria a la obtención de materias primas para la alimentación animal, siendo el crecimiento de los países emergentes el principal factor de tensionamiento del mercado agroalimentario.
Menor deforestación
Óscar García también ha apuntado que la deforestación de los bosques tropicales disminuyó un 25% entre 2000 y 2010 con respecto a la década anterior, mientras que la producción de biocarburantes se incrementó de manera exponencial, por lo que su responsabilidad en esta problemática es escasa.